Uruguay campeón de la Copa América 2011. Su decimoquinto titulo a nivel continente. Se produjo de la mano de Oscar Washington Tabarez, cabeza elaboradora de un equipo con altibajos. Brillo y desencanto. Pero el laurel triunfador se elevó.
Tuvo complicaciones. Su grupo era luchado, pero accesible. El Dt, inicio el torneo con un esquema ideado en las tres máximas figuras: Diego Forlan, Luis Suarez y Edinson Cavani. Con 3 centro campistas, aguerridos, sacrificados y dispuestos al combate. Atrás la voz atronadora y las agallas del capitán Diego Lugano con Victorino,reemplazando a un Godin entre algodones, para completar la zaga. Dos correctos laterales, regulares en ataque y firmes en defensa.
Debuto con Perú, en un empate amargo. Un duro Chile lo esperaba en la segunda fecha. Especulaciones y pocas ganas de ganar, dibujo otro empate con gusto a poco. Se jugaba la clasificación contra el sub 23 de México: 1 a 0 perezoso, y viaje al centro de la tierra.
En el transcurso de la primera ronda, las contrariedades continuaban su efecto. Coates dupla con Lugano. Y hay un cambio rotundo de táctica. Regreso al 4 4 2, metedor y laborioso. Alvaro Pereira ingresaba por un Cavani lesionado. El carrilero cumplió con creces, convirtió los tantos versus Chile y México. La fase inicial dejaba incógnitas sobre el rendimiento charrua. Siempre mostrando su gran temple y forma física sufrió lo inesperado para los cuartos de final: el local y máximo candidato Argentina.
Amarrete, golpeador, defensivo, temeroso. Se encontró con 3 hechos claves en 30 minutos. Gol de Perez para subir al marcador, empate de Higuain y tarjeta roja al mismo volante central. Desde ese momento, su refugio fue la pelota parada, y complicó. Su defensa férrea y dura, no dejó pasar ni al aire. Su arquero, Nestor Muslera, en silencio se transformaba en figura. La garra y la solidaridad característica uruguaya no cesó. Logró llegar angustiosamente a los penales, y logro el pasaporte a semis luego del yerro de Carlos Tevez.
Allí con un envión anímico ideal, frente a Peru logro encontrar su juego. Victoria sin sobresaltos, hallando a Suarez como cuota goleadora. La postura de Tabarez, fue mantener el esquema, dando mas libertades a los laterales y los volantes por las puntas. Forlan, su figura continuaba con el arco enojado, y un nivel poco estelar. Lugano desde atrás y Suarez en ofensiva se cargaron el equipo al hombro, apoyados por un medio campo con el cuchillo en los dientes. El domingo tendría cita con la gloria tan buscada.
Esperaba un exhausto Paraguay del otro lado. Y desde el túnel brotaban fervientes gritos de guerra. El himno entonado a los vientos. El estadio colmado en celeste, y un cielo acorde a la vestimenta. La pelotita rodó y el charrua se despacho con algo no mostrado en todo el torneo y tibiamente con Perú : el juego, el toqueteo de balón, la efusividad y la contundencia. Arrollo a los guaraníes en los 15 minutos iniciales. Se afianzo en el campo. Un escuadrón en la mitad de la cancha que recorrió todos los rincones en donde el verde predominaba. La firmeza defensiva implacable. En ataque un voluntarioso Suarez, goleador del equipo (4 tantos), y el reencuentro Forlan - red. El blondo se despacho con dos goles. Paraguay, que llego a la final sin ganar un partido, se mostró cansado por el trajín de los partidos, nervioso e impreciso. Los Celestes no tuvieron piedad. No sufrió baches físicos, lo que fue su fuerte en la Copa.
3 a 0 final. Uruguay campeón. Armo su bolso y emprendió viaje. Contrariedades y lesiones no estuvieron ausentes. Su rumbo fue de menor a mayor. No dejo ningún concepto futbolistico afuera. Juego (poco), orden, corazón (siempre), y velocidad. Jugó cuando debió jugar. Su potencial despertó mediocridad frente Argentina, pero el resultado importaba mas. Desde ahí se consolido y llego a la coronación inteligentemente.

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